05.10.2022. Auxi Ruiz (Salamanca, 1969) es “charra de nacimiento, pero viguesa de adopción, adonde me trajo la vida”, según ella misma define. Empezó haciendo prácticas en un despacho de abogados, pero después de pasar por la Escuela de Práctica Jurídica en Vigo, decidió colegiarse como procuradora. Del ejercicio de su profesión no le gusta que no valoren su trabajo, que cuestionen sus minutas y que le sigan preguntando para qué sirve un procurador. Sin embargo, pone por delante lo que la procura le ha aportado: “Gracias a esta profesión, tuve la suerte de cruzarme con un grupo de compañeras, hoy ya amigas y familia, que van a seguir siempre ahí. Sin ellas, el día a día judicial sería muy distinto”.
¿Qué te han aportado los 25 años que llevas en la profesión?
¡25 años! Da mucho vértigo darte cuenta de lo rápido que han pasado. Me han aportado un medio de vida y de trabajo y compañeros estupendos. Solo otro procurador entenderá tus agobios y, si te hace falta, te ayudará. Además de todo eso, gracias a esta profesión tuve la suerte de cruzarme en la vida con un grupo de compañeras, hoy ya amigas y familia, que van a seguir siempre ahí, con o sin procura. Sin ellas el día a día judicial sería muy distinto.
¿Qué es lo que más te gusta de ser procuradora? ¿Y lo que menos?
Lo que más me gusta es el ritmo en el trabajo, intentar solventar las incidencias del día a día y la psicología y paciencia que adquieres al tratar con clientes, abogados, funcionarios, o compañeros. Lo que menos, que no nos valoren, que cuestionen tus minutas, cuando en otras profesiones menos cualificadas, no lo hacen. Y que te sigan preguntando eso de “¿y para qué sirve un procurador?”.
¿Cómo valoras la evolución de la procura?
Ha cambiado mucho, sobre todo en la forma de trabajar. En pocos años se pasó del papel a lo digital, del teléfono fijo del despacho al móvil, del fax a la nube. También se ha ido perdiendo el contacto más personal y diario con funcionarios y compañeros y eso, a veces, se echa de menos. Antes no era raro coincidir con procuradores en el colegio, incluso había periódicos encima de la mesa. Ahora hay muchos más colegiados, pero estamos como más despersonalizados. Se trabaja en varios partidos judiciales a la vez, es otro ritmo de trabajo, todo es para ya, un non stop.
¿Qué pedirías al futuro entonces?
Veo el futuro complicado y, sobre todo, incierto. Desde que te colegias, siempre escuchas el tópico de que la procura iba a desaparecer, y luego van pasando los años y aquí seguimos. Sin embargo, ahora hay una sensación de hastío, de cansancio y de dudas sobre el futuro de la profesión. La huelga de funcionarios y la pandemia provocaron que el funcionamiento de los juzgados entrara en un letargo continuo, en un da todo igual, que afecta a la hora de desarrollar nuestro trabajo. Me gustaría que los procuradores tuviéramos más visibilidad y más funciones, que nos consideraran como una parte importante del mecanismo judicial.
Aparte del running, ¿qué haces en tu tiempo libre?
Intento hacer actividades que me desconecten de este trabajo tan absorbente. Sobre todo, deporte al aire libre y viajar. No hay como coger un avión para olvidarte de los juzgados, de los plazos y de Lexnet.