24.11.2020. Rosaura Diez Garrido es procuradora desde hace tres décadas y decana del Colegio de Procuradores de Cantabria desde 2019, un colectivo que reúne a 165 colegiados. Cantabria es una de las comunidades pioneras en España en la utilización del expediente único como método de gestión de la comunicación entre los juzgados y los profesionales del ámbito judicial. “Solo quien está al pie del cañón en los juzgados puede saber que el éxito de un procedimiento en tiempo y resultado depende en un 95% de la labor del procurador”, destaca la decana.
– Cantabria destaca por ser una de las pocas comunidades que no emplea Lexnet ¿Cuáles son las claves del expediente único?
Contamos con Vereda desde 2012, un sistema que se incorporó junto a Navarra, que fue la pionera en la puesta en marcha del expediente único. Nunca llegamos a tener Lexnet. Vereda funciona a través de un expediente judicial electrónico desde el que parte todo: la notificación, recepción y presentación de escritos.
El sistema es tan efectivo que hay compañeros que ni siquiera usan programas de gestión asociados. El traslado de copias, por ejemplo, lo realiza directamente la plataforma que lo almacena todo en un expediente completo que incluye todas las resoluciones y que puedes descargar en cualquier momento con un índice digital que facilita su consulta. Y cuenta incluso con una agenda de señalamientos.
– Tras casi una década en uso, ¿está actualizado?
Las actualizaciones dependen de las partidas presupuestarias del Gobierno de Cantabria y cada año se introduce alguna mejora. La última , que se implantará el año próximo consiste en la incorporación al expediente de las grabaciones de vistas y declaraciones. Una vez más se constata que la inversión en Justicia es necesaria para que dicha Administración se equipare a otras pioneras en nuevas tecnologías.
– ¿Cómo valora el estado de la procura?
El problema de la procura es el desconocimiento de nuestra función y de los resultados reales de nuestra intervención. Solo quien está al pie del cañón en los juzgados puede saber que el éxito de un procedimiento en tiempo y resultado depende en un 95% de la labor del procurador
El legislador está abstraído de esa realidad y desconoce el funcionamiento de los juzgados. Hay buenos profesionales, jueces, Lajs, pero la ausencia de medios materiales es palpable y se ha evidenciado aun más con la crisis sanitaria que estamos padeciendo.
– Muchos procuradores vigueses apuestan por la adopción de nuevas funciones para revitalizar la profesión, ¿está de acuerdo?
En estos momentos, y más que nunca, los Procuradores debemos desplegar y visibilizar nuestras funciones tanto privadas como públicas y demostrar con datos reales nuestra labor imprescindible e inapreciable como colaboradores de la Administración de Justicia.
Es un hecho que la mayor paralización de los asuntos surge en la fase de ejecución de las Sentencias; ahí es , donde comienza el calvario para el justiciable que ve como su título se convierte en papel mojado al ver frustada su ejecución en numeroas ocasiones. La ejecución si no es ágil y sorpresiva pierde su efectividad. Con el colapso de los juzgados originado por la carencia de medios materiales y humanos, de nada sirven las medidas de apremio que se solicitan porque siempre llegan tarde.
Es necesario darle facultades mucho más amplias al procurador para que impulse la ejecución.
– ¿Está la procura en riesgo de extinción?
El futuro de la procura, a mi entender, está en el ejercicio de funciones públicas, como los actos de comunicación y el impulso de labores de ejecución. Debemos colaborar para revertir las carencias de la administración y la ejecución es claramente una de ellas. Tenemos puestas las esperanzas en que nuestros más altos representantes sepan defender nuestra función de representación y la reserva de actividad y no perder el último pilar fundamental de la profesión que nos queda.
– ¿Cómo valora las iniciativas que reivindican la revitalización del Consejo General de Procuradores?
Todas las instituciones tienen el deber modernizarse acorde a los tiempos que vivimos para responder con agilidad a lo que representan. Si se pierde de vista el sentir de los procuradores de a pie, de nuestras necesidades y demandas ,se corre el peligro de quedar aisladas de la realidad de la profesión y de no ser capaces de defenderla adecuadamente.
Creo firmemente en que los proyectos tienen plazo de caducidad, transcurrido el cual, se pierde la frescura, el entusiasmo y ,en definitiva, la efectividad con la que se iniciaron.